Chico Sánchez blog: Pasado, presente y futuro

Pasado, presente y futuro

En la antigüedad, los antepasados de estos 
mexicanos celebraban un juego de pelota 
para agradecer la llegada de la cosecha, 
rituales se le daba gracias a la naturaleza 
y a el Creador por sus dones. Y es irónico 
que sea un juego de pelota, el fútbol, el 
que esté siendo usado para mantener a los 
jóvenes alejados de sus abuelos, y que, 
en lugar de heredar su cultura milenaria, 
aprendan como darle patadas a una pelota 
mientras su futuro es cada vez más negro.
En un viaje de autobús entre la Ciudad de México y Querétaro, por la ventana observo a dos ancianos campesinos que cultivan solos una milpa. La extensión de terreno es enorme y quedo asombrado por la voluntad y la fuerza que demuestran los dos ancianos.

Muchas personas dicen que no quieren trabajar en el campo porque requiere un esfuerzo físico muy grande, pero sin embargo, ironías del destino, junto a la milpa de los dos ancianos hay un campo de fútbol en el que unos futbolistas aficionados compiten un gran esfuerzo físico corriendo detrás de una pelota mientras son aclamados por un gran grupo de personas.

Se muy bien que el fútbol exige un gran esfuerzo físico porque de niño jugué en competición oficial de última categoría sufriendo en mi propio cuerpo el desgaste que provoca un partido de fútbol y siendo testigo de las graves lesiones que sufren los jugadores. 


El pequeño campo de fútbol pertenece a una pequeña comunidad rural y observar a los dos ancianos cultivando con gran esfuerzo el campo mientras el resto del pueblo grita mientras le dan patadas y cabezazos a una pelota, es una imagen impactante que me deja sin palabras. 

Las tierras que estamos cruzando son tierras fértiles, y conociendo esto me pregunto: ¿Y si este grupo de personas, en lugar de ver el partido, se fueran a acompañar a sus ancianos a cultivar?¿No lograrían entre todos hacer en unos pocos días que la milpa floreciera para así tener comida asegurada durante meses?¿No sería mejor para estas personas aprender a cultivar la milpa y heredar la sabiduría de sus ancestros que aprender a darle patadas a una pelota que ni se reproduce ni da de comer?

Los médicos dicen que para estar sano hay que hacer ejercicio. Y recordando la imagen de los dos ancianos que cultivan me pregunto: ¿Porqué sudar cultivando una milpa para sacar adelante una cosecha que alimentaría a la comunidad durante meses no está considerado ni se promociona como ejercicio por los médicos?¿Porqué sudar corriendo detrás de una pelota y arriesgándose a una grave lesión es sano y cultivar tu alimento es un "ejercicio" muy duro y una actividad de "campesinos atrasados"?

La certeza es que estas personas, jugando a la pelota, jamás aprenderán nada de valor, y además, olvidarán la cultura milenaria de sus abuelos, herencia de sus antepasados. 

¿No sería mejor que estas personas, en lugar de pasar dos horas viendo como le dan patadas y cabezazos a una pelota, ayudaran a cultivar a sus abuelos haciéndoles también compañía?¿No les permitiría esto también vivir de forma independiente sin depender de nadie y disfrutarían de la salud que da vivir en armonía con la naturaleza?

En la antigüedad, los antepasados de estos mexicanos celebraban un juego de pelota para agradecer la llegada de la cosecha, rituales se le daba gracias a la naturaleza y a el Creador por sus dones. Y es irónico que sea un juego de pelota, el fútbol, el que esté siendo usado para mantener a los jóvenes alejados de sus abuelos, y que, en lugar de heredar la cultura milenaria de sus ancestros, los jóvenes de hoy aprendan a darle patadas a una pelota mientras su futuro se vuelve cada vez más incierto.


Y así mientras las nuevas generaciones persiguen a una pelota, los ancianos ven como su cultura se pierde y cómo su descendencia, gritando gol, que significa esclavo, le da la espalda a su presente, y despreciando su pasado, cada vez ve más negro su futuro.

En el audiovisual que comparto a continuación, que titulé el Misterio de la Vida, el campesino ecológico andaluz Diego Sánchez Bellido, nos cuenta su preocupación por la pérdida de conocimientos y la falta de interés de los jóvenes en aprender a cultivar. Y sobre este tema le pregunta a los jóvenes abiertamente: Si el camión del supermercado no viene un día: ¿Qué haces?¿A donde vas?¿De qué comes?